
por Redacción
El presidente de la UCR platense, Pablo Nicoletti, publicó una foto en sus redes sociales en donde se observa una nueva agresión a la fachada de la casa que habitó el exlíder radical, Ricardo Balbín, hasta el momento de su fallecimiento en 1981. Es una vivienda de dos plantas ubicada en calle 49 entre diagonal 74 y 12, a pocos metros de Plaza Moreno. La propiedad fue edificada en la década de 1920 y adquirida por el abogado y líder radical en 1940.
La casona fue declarada Monumento Histórico Nacional mediante el decreto 2334/93 durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, y entre los fundamentos, el Estado dice: “que una manera de demostrar la gratitud y admiración que el pueblo argentino profesa a tan excelsa figura política consiste en declarar Monumento Histórico Nacional la casa en la que transcurrió una de las etapas más importantes de su vida”. También, en 2006, el municipio de La Plata convalidó un listado de bienes patrimoniales a preservar confeccionado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP, en donde, la casa de Balbín, según la nomenclatura catastral localizada en la Circunscripción 1; Sección H; Manzana 641; Parcela 9, fue incluida dentro de la categoría “protección integral”, cuenta el periodista Pablo Morosi para La Nación, en una amplia nota con la historia de esa vivienda y la relación con el líder radical que fue publicada en noviembre de 1922.
También, la gestión del exgobernador Daniel Scioli se había comprometido a apoyar, y en la Legislatura bonaerense hubo idas y vueltas con la cuestión. El Estado no cumplió. En tanto, los herederos de Balbín, que en la actualidad son sus nietos, se hacen cargo de los importantes gastos que significa su mantenimiento, aunque las agresiones sistemáticas en su frente no resisten más pasividad por parte del Estado en todos sus niveles.
El radicalismo de La Plata, mediante Nicoletti, colocó nuevamente en agenda el tema, pero los esfuerzos familiares o partidarios difícilmente alcancen para mantener como corresponde ese inmueble habitado por uno de los platenses más simbólicos en la historia nacional de la segunda mitad del siglo XX.
Por su lucha permanente por las instituciones democráticas, su honradez y calidad humana, Ricardo Balbín merece que el Estado, tanto a nivel nacional, provincial y municipal, se comprometan a cuidar la vivienda que habitó en vida, y que su familia está manteniendo en pie como pueden. El lugar tiene que ser puesto en valor, exhibido como el orgullo que representó la figura de quien lo habitó. No hay tiempo que perder. A la ciudad la hace grande sus grandes muertos, y Balbín es uno de los símbolos más preciados de la capital bonaerense.