
por Redacción
Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, Francisco mantuvo una rutina inquebrantable: a las 20:00 horas, llamaba por WhatsApp a la iglesia de la Sagrada Familia, donde se refugian 500 personas, en su mayoría cristianas. "Era un parroquiano más para nosotros", afirmó Romanelli, emocionado, en un extenso diálogo con Radio Continental. Incluso desde el hospital, el Papa no interrumpió ese gesto de cercanía.
“Cuando estaba internado en el hospital llamaba a veces algo espaciado cada dos o tres días”, y dijo que el Sábado de Gloria los llamó un rato antes de las 20: “fue muy breve, habrá sido un par de minutos, nos preguntó como estábamos. Llamó antes de las 20 porque sabía que después empezábamos a rezar. Siempre nos daba ánimo y nos agradecía por los 500 refugiados”.
“Siempre preguntaba por los niños, y siempre nos agradecía y nos daba ánimo. El domingo lo vimos por medio de la televisión en internet. El domingo no nos llamó, pero vimos sus pedidos por el final de esta guerra, por la paz”, y sostuvo que la primera vez que lo encontró fue en Buenos Aires, incluso antes de ser arzobispo de Buenos Aires: “lo conocí más en 2027 cuando vino a conocer Egipto”, sostuvo, y luego se encontraron en Roma, en Jerusalén y tuvieron gran diálogo durante toda la guerra en Gaza.