21/04/2025 - Edición Nº3315

Politica

Análisis radial

"Un Papa alérgico con la política ", dijo Jorge Joury por FM 98.9 y Pinamar TV

09:52 | "Nadie podrá negar que el papa Francisco, fue un líder espiritual y político del siglo XXI. El autor de grandes transformaciones en la Iglesia. Jorge Bergoglio siempre supo que moriría lejos de casa. El Gobierno decretó siete días de duelo nacional por su deceso. Si hay algo para destacar, es que Francisco asumió que no quería ser un trofeo político de los gobiernos de turno. Por eso no vino de visita a la Argentina. Así lo señaló el periodista Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre", que conduce Hugo Manzo por la FM 98.9 y Pinamar TV.


por Redacción


El analista añadió que: "Últimamente, su salud se había visto quebrantada. Desde el arranque de su mandato, nada hacía prever el destino extraordinario que le reservaba la Providencia a Jorge Mario Bergoglio aquel 13 de marzo de 2013 cuando se convirtió en el líder de la Iglesia católica que recordará la posteridad.
El papa Francisco murió este lunes a los 88 años, según confirmó el Vaticano en un comunicado difundido a través de su canal oficial en Telegram. El deceso se produjo apenas un día después de que el pontífice hiciera una aparición pública desde el balcón de la basílica de San Pedro, durante la celebración de Pascua, en lo que se convirtió en su último mensaje al mundo.
La noticia golpeó también a los feligreses de la ciudad de La Plata, que también lo despedirán con honores.El arzobispo local, monseñor Gustavo Carrara ordenó una misa a las 19 de hoy en la catedral local.
Lamentablemente los argentinos no tuvimos el privilegio de que nos visitara porque Francisco prefirió la nostalgia personal a ser utilizado políticamente por los gobiernos de turno.
Sin embargo,  extrañaba sus horas de beneficencia en la ciudad de Buenos Aires, le dolía la pobreza del conurbano profundo y las carencias del interior, pero eligió un lacerante auto exilio antes que pareciera que su presencia en la Argentina significara avalar a los gobiernos de Cristina Fernández, Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei. El Papa era un ajedrecista de la política, tal es así que desconfió de todos los presidentes argentinos que querían sacarse una foto con él. Al principio de su mandato el kirchnerismo lo tomó como un opositor y por momentos lo ninguneó.
Acorralado por la nostalgia, el Papa soñaba con regresar a la Argentina. Extrañaba su vida por las calles de Buenos Aires, la cadencia del lenguaje y la mirada profunda de los pobres que siempre le preguntaban sobre el destino y el futuro.
Con Cristina Fernández tuvo una relación personal y política en zigzag. Nunca olvidó que Néstor Kirchner ordenó una operación en su contra para bloquear su nominación tras la muerte de Juan Pablo II. Y estuvo al lado de ella cuando fue intervenida en la Fundación Favaloro por un hematoma craneal y años más tarde sufrió un intento de magnicidio en Barrio Norte.
Francisco la recibió en audiencias oficiales y encuentros informales, siempre la escuchó y la contuvo. Pero desde su primer día en el Vaticano decidió que no volvería a la Argentina con Cristina en la Casa Rosada. Era su respuesta sutil a la perspectiva de poder que aplicó la presidenta peronista.
También tuvo disidencias con Javier Milei, que lo despidió señalando que: “A pesar de las diferencias, haber podido conocerlo en su bondad fue un verdadero honor”.
También hay que señalar que en la compleja transición entre los gobiernos de Cristina y Mauricio Macri, Francisco intentó mediar para evitar un aquelarre institucional.  No obstante, Fracasó en su intento por la intransigencia de CFK.
Francisco tampoco nunca se llevó bien con Mauricio Macri, había diferencias políticas e ideológicas. El presidente no cumplió con su palabra cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y a partir de allí, sólo hubo una relación protocolar.
La primera vez que se vieron en Roma, cada uno con su cargo institucional, protagonizaron una audiencia de 22 minutos que fue fría y lejana. Francisco cuestionaba su agenda de gobierno y su mirada del poder.
Pese a que en la Casa Rosada se afirmaba que el Papa podía volver a la Argentina, Francisco siempre descartó su regreso en tiempos de Macri como jefe de Estado.
Si hubo un momento político para considerar verosímil un viaje del Papa a la Argentina fue durante la administración de Alberto Fernández. Se conocían muchísimo, y había confianza personal: hasta que el presidente peronista traicionó su palabra empujando la ley del aborto.
 Si hay algo para definir su derrotero, es que la política doméstica y su salud sentenciaron su exilio perpetuo"
 finalizó el analista.

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