"Temen que Alberto deschave a los K", dijo Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

El analista añadió que :"El peronismo está en shock por el escenario que le toca vivir, pero también teme que jugado por jugado, el ex mandatario termine sacando a la luz algunos secretos familiares que conoce de la familia K y que mantienen principalmente en alerta a Cristina y a su hijo. 
 Hoy en el kirchnerismo también tiemblan por los secretos que se puedan encontrar en el teléfono que le fue secuestrado por la justicia al ex mandatario. Una de las preguntas que rondan en el escenario es: ¿Qué le pidió Cristina en materia judicial cuando lo eligió  como candidato presidencial? Alberto siempre supo vender sus influencias en Comodoro PY. ¿Acaso en ese pacto, Cristina le solicitó que le desactivase las causas que no la dejan dormir?  No olvidemos que Alberto conoce a los Kirchner desde que fundaron el grupo Calafate y fue testigo de muchas historias familiares, además de los negocios del matrimonio presidencial.
Conviene retrotraerse al 1 de julio de 2022, cuando Cristina Kirchner pronunció una frase clave en la localidad de Ensenada y  que ahora cobra todo el sentido: “Cualquiera puede leer mi celular, no sé si todos pueden decir lo mismo”. Siempre se supuso que la referencia estaba vinculada a la disipada vida privada del entonces Jefe de Estado y al uso de su teléfono celular para guardar un registro de sus relaciones extraconyugales. Ahora debemos suponer que, aquello a lo que CFK hacía referencia, era algo infinitamente más grave, referidas a cuestiones de familia de las que había sido testigo el ex presidente.
A partir de allí, CFK dispuso un ataque frontal sobre el “okupa”, como llamó Fernanda Vallejos a Alberto Fernández. Vallejos también calificó “enfermo” a quien ahora sabemos que golpeaba a su mujer.
El ex gobernador peronista Carlos Ruckauf se preguntó hace horas : ¿Cristina habrá recordado en esos momentos en que Alberto era un hombre de confianza, la violenta personalidad de Néstor Kirchner y su comportamiento violento? Son muchas las anécdotas que cuentan los que trataron a esta singular pareja.
Entre ellas la que narró el escritor y embajador Abel Posse en su libro "Sobrevivir Argentina, Retrato de un país de la deriva", un libro de la editorial Emecé. Allí se cuenta que Néstor Kirchner también era un violento. Por ejemplo, dentro de la Embajada argentina en España, el escritor reveló que atacó a patadas y trompadas al subdirector de Ceremonial por el solo hecho de avisar que llegaba tarde a una entrevista con el presidente español José Maria Aznar.
Relata el novelista que “el esmirriado funcionario” se cubría con los codos y “las piernas largas de Kichner alcanzaban el trasero del subdirector”.
En esa dirección, el periodista de investigación Ceferino Reato en su libro "Salvo que me muera antes", de la editorial Sudamericana, también da cuenta de otros dos casos de violenta agresión de Néstor Kirchner a su esposa. Uno de los episodios fue durante una cena y la otra en el avión de la Gobernación de Santa Cruz. También se habla en el ambiente periodístico de la noche de la 125, donde Cobos dio su voto negativo. Dicen que Néstor se abalanzó sobre su esposa y se la tuvo que sacar de encima Alberto Fernández.
Este hombre, hoy humillado por el caso de los seguros y de las denuncias de su ex mujer, es conveniente preguntarse si sabrá soportar en silencio y la soledad a la que lo someten o en cualquier momento se querrá llevar puestos a sus verdugos. Nadie lo sabe, pero todos temen.
Alberto Fernández, que siempre se ha sentido “fundador del kirchnerismo”, ¿terminará destapando la olla? Esa es la pregunta del millón. El daño real que generó el escándalo de Alberto Fernández aún es imposible de determinar para el peronismo. No hay dimensión absoluta de hasta dónde puede llegar a empeorar la situación del espacio político, que ya parece haber digerido la derrota electoral pero que aún sigue sin poder consensuar una estrategia política y comunicacional común.
Hay dirigentes que reconocen: ”Lo de Alberto va a afectar mucho. El problema es que no sabemos cuánto y de qué forma” Así reflexionó un intendente peronista del conurbano, que se aferra a la teoría de que en este tiempo la dirigencia tiene que rápidamente barajar y dar de vuelta, estar en los barrios, cerca de la gente, y sin levantar demasiado la cabeza en los medios. Hablar menos y hacer más para recuperar la mística", asegura.
La causa de los seguros sumado a la denuncia por violencia de género hoy acorrala a Fernández y expone a la dirigencia peronista al escarnio oficialista. El desmarque fue rápido y comprensible para la vida interna de la coalición. Nadie quiere estar cerca del ex presidente. Solo están los de siempre. El sostén político y emocional que tuvo durante todo su gobierno y que aún sigue manteniendo pese a las acusaciones que caen sobre su espalda.
La renuncia de Fernández a la presidencia del PJ frenó los reclamos internos que había y que se iban expandiendo por las diferentes vertientes del peronismo. Además, le sirvió al conjunto de la dirigencia para encerrar, aún más, al ex presidente en la soledad política.La teoría es: Él y nosotros. Dos cosas separadas. Dos realidades. En definitiva, significa un argumento más para despojar a Fernández de la marca peronista.
En Unión por la Patria nadie tiene claridad sobre cuáles serán los daños colaterales del escándalo. Las preguntas vuelan. ¿La gente pasará la factura en las próximas elecciones? ¿Perjudicó el posicionamiento público del peronismo como oposición? ¿Contribuye a desgastar la identidad y el mensaje político de Unión por la Patria? Por estas horas, nadie tiene respuestas. Todos tienen una enorme preocupación porque la novela continúe sin tiempo límite debido a la filtración de los chats del ex jefe de Estado. Estamos frente a una historia con principio y escándalos que se supone vendrán en cadena, pero  sin final a la vista", finalizó el analista.