por Jorge Joury*
Mientras sigue la intensa búsqueda de Loan Danilo Peña, la Justicia imputó al comisario Walter Maciel por encubrimiento y al resto de los detenidos por captación de personas con fines de explotación. Para los fiscales el marino retirado que está detenido es el cerebro del caso que tiene en vilo al país.
Antonio Benítez, Mónica del Carmen Millapi, Daniel “Fierrito” Ramírez, María Caillava y su pareja, el marino retirado Carlos Pérez quedaron imputados por el delito de captación de personas con fines de explotación agravado por ser la víctima menor de 18 años.
Los tres primeros esán apuntados como partícipes primarios, y el matrimonio como coautores materiales. Con respecto al Comisario Walter Maciel, fue imputado por encubrimiento por favorecimiento real, calificado por la gravedad del delito precedente y la calidad de funcionario público del autor.
En cuanto a la hermana Pelloni, conviene recordar que saltó a los primeros planos informativos a comienzos de los años 90 al encabezar las Marchas de Silencio pidiendo justicia en el caso Maria Soledad en Catamarca hace muchos años que lucha contra la trata infantil.
Pelloni cree que donde se producen más casos de trata es en las provincias “con feudos y mucha corrupción en la policía y el Poder Judicial”. Ante esto, aconsejó “poner el foco en las intendencias, en los poderes más bien locales porque ellos pueden tener información”. Y lamentó que durante el gobierno anterior la Dirección Operativa del Comité Ejecutivo contra la Trata “se haya dedicado solamente a la trata laboral, cosa que empezó a modificarse con los nuevos responsables.
Ante todo, la hermana recomendó hacer prevención educativa. Por eso, el estremecedor caso de Loan debería servir para tomar conciencia sobre un flagelo que está entre nosotros y contribuir a su erradicación.
La trata es abominable. Representa el tercer delito que más dinero mueve en el mundo, después del tráfico de armas y de drogas. Es un delito internacional de lesa humanidad que viola los derechos humanos de la persona. También, se lo denomina la esclavitud del siglo XXI.
Representa una violación a los derechos humanos que atenta contra la libertad y la dignidad de las víctimas.
Frente a esto, las primeras horas de producido un hecho de estas características, el Alerta Sofía es el anticuerpo fundamental contra la desaparición de niños. Por eso nadie entiende cómo no se puso en marcha este mecanismo desde el vamos y se cerraron las fronteras. El caso Loan vuelve a poner sobre la mesa el universo siniestro de una maquinaria que mueve cifras súper millonarias, no solo en la Argentina, sino en todo el mundo. Es un laberinto en el que actúan personajes enmascarados del poder de turno, llámese funcionarios, policías, médicos, parteras, policías y jueces que venden sus almas al diablo a cambio de gruesas sumas de dinero. Son una cadena cuyos eslabones son difíciles de romper porque las complicidades resultan impenetrables. Dentro de la cadena delictiva, quienes la integran solo conocen solo un contacto, por eso resulta difícil llegar a la cabeza
Este delito está tipificado el artículo 145 bis del Código Penal que dice que: “Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima.” Poca pena, para el viacrucis que deben soportar los familiares de las víctimas.
La realidad marca que hoy existen 15 millones de chicos esclavizados, muchos de ellos en América Latina. Son secuestrados con fines sexuales o laborales. Son pequeños a los que se le corta la infancia con tareas viles, obligados a la prostituciín infantil, al sicariato o al transporte de drogas.
Las estadísticas marcan que en nuestro país, en distintas circunstancias y contextos, al menos cuatro niños y adolescentes se pierden por día y aunque muchos son rápidamente encontrados, todavía hay un centenar de búsquedas que se mantienen activas.
Conviene recordar los casos más emblemáticos, los de Sofía Herrera y Guadalupe Lucero que conmovieron a todo el país y sus búsquedas siguen siendo preocupación a nivel nacional. Las nenas desaparecieron sin dejar rastros y nunca más se supo de ellas. A partir de entonces se desplegaron operativos en diferentes puntos del territorio nacional, pero con resultados negativos.
En la actualidad, el caso de Loan Danilo Peña, el nene que desapareció en Corrientes el 13 de junio, genera también un gran impacto en la sociedad. El chiquito, de acuerdo a los primeros testimonios, fue a buscar naranjas con sus primos y desde aquel momento su paradero es un misterio. Sus padres, desesperados, sostienen que los detenidos son responsables o que al menos saben qué sucedió con él.
En medio de la conmoción, apareció una foto clave. Se trata de la última imagen del pequeño, durante el almuerzo, rodeado en la mesa por siete adultos. Cinco de ellos eran personas ya conocidas: José Peña, su papá; Catalina, su abuela; Benítez, su tío; y una pareja amiga: Millapi, Benítez.
La postal también mostraba a dos nuevos actores: Carlos Pérez, capitán de navío de la Armada retirado que se habría querido suicidar en su celda y su esposa, María Victoria Caillava, funcionaria municipal. Las pericias determinaron que en sus dos vehículos, un Ford Ka y una Ford Ranger podría haber sido trasladado Loan.
Al mismo tiempo, surgieron interrogantes sobre la actuación del comisario del pueblo, Walter Maciel. El policía habría sido el primero que fue advertido sobre la desaparición y creen que podría haber “plantado” el botín del niño que se encontró en el barro, a pocos kilómetros de la casa de la abuela, con el fin de desviar la atención o, más bien, generar la sensación que la búsqueda en el monte era la única posibilidad.
Hay quienes sostienen que a Loan lo vendieron y estaría en Paraguay. Las alertas internacionales han sido disparadas, pero hay quienes se preguntan por qué se tardó tanto.
Si vamos a los archivos comprobaremos que según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Walk Free, de septiembre de 2022, hay 50 millones de víctimas de trata en el mundo.
De ellas, el 30% son niñas y niños, de acuerdo con el Informe Global 2021 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Dicho de otra manera: hay 15 millones de menores esclavizados, varios millones en América Latina, con fines sexuales o laborales u obligados al sicariato o al transporte de drogas (mulas).
Penetrar en este laberinto permite sumar datos cada vez más escabrosos. Por ejemplo, los traficantes de órganos prefieren a los niños y adolescentes porque se supone que sus órganos están en mejores condiciones y esto implica que se pague más por ellos. Por otra parte, un menor víctima de trata sexual puede llegar a ser violado hasta 10 veces por día.
La OIM calculó que, entre los 600 millones de viajes turísticos internacionales anuales, el 20% de los viajeros admite que lo hace buscando sexo y el 3% con niños, o sea, casi cuatro millones son pedófilos que muchas veces acceden a los chicos a través de catálogos.
Missing Children tiene registrado actualmente más de un centenar de niños y adolescentes desaparecidos (en Estados Unidos había poco más de 400 en 2023). Unos 40 casos datan de entre 5 y 20 años. Y, obviamente, no todos deben imputarse como rapto para trata. Pero también hay que considerar los casos que no se denuncian, a veces porque los progenitores venden a su hijo.
Aunque hay otras zonas del país donde los casos de trata de menores no constituyen una rareza como en la frontera con Bolivia -especialmente allí con fines de explotación laboral-, los expertos dicen que la provincia de Corrientes tiene una ubicación geográfica que favorece que los niños sean sacados rápidamente del país. Porque cuenta con una ancha frontera porosa que limita con Brasil, sumado a la cercanía con la localidad formoseña de Clorinda, lindante con Paraguay, y también con la Triple Frontera. Además, suele ser más fácil por el escaso control migratorio y la compra de voluntades.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".