27/04/2025 - Edición Nº3321

Politica

Contrapoder

El duro mensaje que bajó del cielo para Massa

09/08/2023 | Todos los años San Cayetano se presenta ante los gobiernos de turno como la fecha más inquisidora, la que más les duele. La que debería moverle las tripas a la clase dirigente, pero eso no se nota que esté ocurriendo aún. Esta vez, como pocas veces en la historia, se presentó ante nuestros ojos la más penosa foto de miles de fieles que fueron a implorar a la manera de un enjambre por pan y trabajo.


por Redacción


A pocos días de las PASO, el ministro candidato, Sergio Massa, recibió el mensaje de una verdadera cruz para su campaña. El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, puso a cielo abierto la más cruda realidad que se trata de esconder en discursos del ministro, vacíos de contenido. Para la Iglesia "no hay bolsillo que alcance. Los niños no pueden vivir a polenta y arroz y, lo que te llevás al bolsillo se lo come  la maldita inflación", disparó sin anestesia Cuerva, para intentar mover los cimientos no solo de Massa, sino de una clase política que solo le preocupa ir detrás de la zanahoria para garantizarse poder y una vida mejor.

Ante de finalizar su discurso, el prelado parafraseó al Papa Francisco y exigió que se hagan realidad sus deseos: “En una sociedad desarrollada, el trabajo es una dimensión irremediable de la vida social ya que no es un modo para ganarse el pan sino también un cauce para el crecimiento personal para establecer relaciones sana, establecerse a sí mismo, para compartir dones y vivir como pueblo”.

El tiro por elevación es en gran parte para Sergio Massa, que hace enormes esfuerzos por entregar dosis de esperanza en sus discursos en la fase final de la campaña. Quiere vender el arca de Noé, pero no dice cómo lo va a hacer. Lo sepulta el lastre de uno de los peores gobiernos de la historia. Es ridículo seguir prometiendo que va a convertirse en "el presidente que derrote a la inflación", cuando no se hace cargo de lo que generó. Nadie le cree, más cuando durante su gestión provocó más de tres millones más de pobres, el dólar aumentó más del doble y creó 17 cepos, mientras la luz y el gas subieron más del 400% en un año, la inflación de julio probablemente estará pisando el 7% y la de agosto se cree que superará el 8%.

Otro dato para tener en cuenta y que la Iglesia lo marca con preocupación. es la pobreza extrema que alcanzó al 38,7% en el primer trimestre de 2023 (2,4 millones de nuevos pobres en el mandato), pero lo que es peor es que el 54,5% de los niños menores de 14 años están en esa condición, llegando al 63%  en el conurbano bonaerense. Este número no debería ser uno más, sino ser una daga que lastima y obliga a pensar en una política de Estado para salir de esta dolorosa instancia. En medio de las elecciones, esto debería ser la materia prioritaria. Pero lamentablemente, el dólar es  la vedette del momento. El que se lleva todas las miradas y ese 63% pasa desapercibido, sin reparar que son dos consecuencias de una misma realidad: una emisión descontrolada que genera inflación y devaluación. Lo que se dice, la fábrica de pobres trabajando 24x24.

En este contexto, hay un fantasma que deambula de manera amenazante por todos los rincones de nuestras vidas. Casi todos los economistas prevén en algún momento una fuerte devaluación de la moneda. El bombardeo podría llegar después de las elecciones de octubre, si no antes. Es probable que la desvencijada estructura de controles de divisas establecida por el gobierno, no aguante mucho más. Una nueva caída del peso prácticamente garantizaría una aceleración de la inflación.

Algunos especialistas creen que si no hacemos nada, se está pavimentando el camino para una hiperinflación. Otra de las amenazas es que la cura de la inflación de manera abrupta, haga tanto daño como la enfermedad. El ajuste fiscal y monetario, por necesario que sea, habitualmente frena el crecimiento. Y los programas de rescate económico en Argentina tienen un historial de fracasos estrepitosos, como el respaldado por el Fondo Monetario Internacional a principios de la década de 2000. Tras su colapso, el país pasó por cinco presidentes en dos semanas y su economía se contrajo un 10%.

Aquella vez, el país se vio convulsionado por violentas protestas en las calles. Es sorprendente que no haya habido nada similar en la crisis actual. Si hace unos años se le preguntaba a cualquier analista si Argentina puede soportar estos niveles de inflación,de pobreza, este grado de deterioro de la actividad económica, y mantenerse como una sociedad sin grandes conflictos en la calle, todos hubieran dicho que era imposible. La Iglesia teme que la mecha se está acortando aceleradamente, ya que si el tejido social aún no se ha desgarrado, la inflación lo está poniendo bajo una tensión cada vez mayor. Massa debería ir a implorar a San Cayetano. Si el ministro se pone de rodillas, el santo y la fe de un pueblo, son los únicos que pueden hacer el milagro.

* Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".