por Gastón Crespo
Las lluvias intensas y de corto tiempo van a ser cada vez más frecuentes. La ciudad y la región, de acuerdo a estudios anteriores a la inundación del 2013 y otros posteriores, fueron y seguirán siendo de alto riesgo ante fuertes tormentas y lluvias intensas.
Las obras hidráulicas que se iniciaron ayudan a mitigar los efectos de las lluvias, pero no son suficientes si no hay acompañamiento en temas que son exclusivos de la órbita del municipio: Mantenimiento de desagües secundarios y limpieza de cunetas; Mantenimiento de postes y arbolado urbano; Falta de control en la construcción. Está comprobado que el aumento de edificios genera que los vientos al chocar con los mismos aumenten su potencia y generen fuertes ráfagas en las calles.
La falta de suelos absorventes es cada vez mayor y si no se regula seguiremos corriendo riesgo de inundación. No hay control y mantenimiento sobre las construcciones en la vía pública (puestos de diarios, garitas, paradas de micros, etc.). También necesitamos un plan de contingencia que sea conocido e incorporado por la ciudadanía, que no quede en papeles.
Desde hace años venimos planteando la problemática hídrica de la región. Hemos presentado muchísimos proyectos exigiendo la implementación de estas medidas, que significarían una disminución de los riesgos a los que se ven expuestos los vecinos.
Es hora de que la gestión municipal mire al futuro y actué en consecuencia para lograr una ciudad planificada y segura. Lo ambiental es político, porque requiere de decisiones firmes y políticas públicas que garanticen el bienestar de todos.
* / Concejal por el Partido GEN, presidente de la Comisión de Medio Ambiente.